
Harto de ver peliculas en las que aparecen ordenadores que no usan windows, decorados de carton piedra y gente que se insulta usando la palabra cretino, esta cinta rumana hace que se te olvide que es ficcion y te hace sentir que ves por una mirilla, una historia tan sencilla como creible. Las largas escenas te dan tiempo para pensar en la peli o en cualquier otra cosa.